Bag-in-Box®, envases con un mínimo impacto ambiental
Smurfit Kappa Bag-in-Box se esfuerza constantemente en mejorar sus productos, incluyendo en materia de desarrollo sostenible y reciclaje. En un momento en el que el mundo se plantea la relación entre envasado y medioambiente, Smurfit Kappa aspira a ofrecer a sus clientes envases con un mínimo impacto medioambiental. Esta aspiración se ha convertido en un factor clave en la actividad de la empresa. Actualmente todos los procesos de investigación, desarrollo y mejora de productos y componentes integran plenamente los principios del desarrollo sostenible para reducir o mejorar el impacto medioambiental del sistema Bag-in-Box® y de sus componentes. Estamos 100% comprometidos con la filosofía de la economía circular y compartimos la idea de que los materiales y sistemas de recogida, selección y reciclaje de residuos deben mejorarse para reducir la contaminación y las emisiones de dióxido de carbono.
Así pues, procuramos reducir nuestro impacto medioambiental de todas las maneras posibles.
Aunque en la actualidad el foco está puesto en el final de la vida útil de los envases, es importante tener en cuenta el ciclo completo y no únicamente su final. Bag-in-Box® es actualmente una solución de envasado con múltiples ventajas medioambientales.
– Se compone en un 80% de cartón ondulado completamente reciclable y solo un 20% de plástico. Ambos elementos son fáciles de separar tras el consumo del producto (sin ninguna pérdida gracias a la flexibilidad del envase). El cartón ondulado es 100% reciclable y biodegradable. El 82% de los envases de papel se reciclan en Europa.
– El Bag-in-Box® no es un envase individual de un único uso. No debe considerarse como tal, ya que los Bag-in-Box® tienen una capacidad de entre 1,5 L y 20 L y, una vez abiertos, se utilizan durante varias semanas.
– Un BIB con una capacidad de 3 litros pesa tan solo 179 gramos: 144 gramos de cartón ondulado y 35 gramos de plástico (incluyendo la bolsa y el grifo). En Europa, con un total de 20 millones de toneladas de envases plásticos al año, la solución Bag-in-Box® representa aproximadamente un 0,4%, esto es, 80.000 toneladas, una cifra pequeña en relación a la cantidad de envases plásticos flexibles, que es de un millón de toneladas al año.
– Bag-in-Box® es un excelente ejemplo de reducción del envase. Un BIB de 3 L equivale a 4 botellas de vidrio. Ejemplo: un Bag-in-Box® de 10 L pesa solo 359 g (59 g la bolsa y 300 g la caja), mientras que un bidón de 10 L pesa 2,5 kg y las 13,3 botellas necesarias para envasar 10 L de vino pesan hasta 5,5 kg; a saber, 15 veces más. Además, en los últimos años, nos hemos esforzado en reducir el material utilizado, como el grosor del film o las dimensiones del grifo sin alterar las altas prestaciones de nuestros productos.
Además, estamos ante el envase con mejor huella de carbono en su categoría según un análisis de ciclo de vida (ACV). Tomemos como ejemplo el sector del vino. La huella de carbono de una botella de vidrio de 75 cl clásica es de 875 kgCO2 mientras que la de un Bag-in-Box® de 5 litros es tan sólo de 170 kgCO2, esto es, 8 veces menos.
En la actualidad los análisis de ciclo de vida (del inicio al final de su vida útil) son los estudios más completos para evaluar el impacto total de un envase en el medioambiente, En un estudio realizado en 2010 por BioIntelligence, Bag-in-Box® presentó claramente los mejores resultados en cuanto a potencial de calentamiento global, utilización de agua, utilización de energía primaria, agotamiento de recursos abióticos y acidificación de la atmósfera. De media el 90% de la huella de carbono alimentaria proviene de los alimentos envasados y solo un 10% del envase (fuente CITEO). Utilizar un envase que impida el desperdicio es, de hecho, mejor para el calentamiento global que no utilizar ningún envase.
Gracias al Bag-in-Box® se optimizan también la cadena producción y la cadena logística.
El transporte de BIB plegados requiere seis veces menos vehículos que el transporte de botellas clásicas de vidrio de 75 cl; por 1.000.000 de litros, hacen falta 36,8 camiones en el caso de las botellas frente a 6,4 camiones en el caso del BIB. Por otro lado, hemos adaptado los centros de producción para optimizar el transporte: por ejemplo, nuestra fábrica de Ibi (Alicante) ha integrado la producción de grifos y bolsas (próximamente también el film) generando un ahorro de más de 250 camiones, que habrían recorrido 343.000 km al año. Las dimensiones de los productos también se mejoran para reducir el consumo de materia prima, sin alterar sus prestaciones mecánicas y de barrera.
La producción de BIB ofrece igualmente múltiples ventajas respecto a la producción de botellas de vidrio, en particular en cuanto a consumo de energía y agua. Además nos esforzamos por que nuestras fábricas sean a cada vez más modernas y eficientes aplicando las normas medioambientales más estrictas. De hecho, varias de nuestras 8 fábricas en todo el mundo ya cuentan con la certificación ISO 14001 de gestión medioambiental, la cual se basa en el principio de mejora continua de la eficiencia medioambiental mediante el control de los impactos de la actividad de la empresa en su entorno.
Pese a todas estas ventajas medioambientales de Bag-in-Box®, somos conscientes de que queda mucho por hacer. El Bag-in-Box® es un envase muy técnico y sujeto a una estricta normativa que requiere un alta barrera contra el oxígeno, excelentes prestaciones mecánicas y, sobre todo, ser apto para el contacto alimentario (hoy por hoy, los materiales biodegradables o 100 % reciclables simplemente no han alcanzado este nivel de efectividad y el desarrollo de nuevos materiales requiere tiempo con el fin de garantizar su seguridad alimentaria).
Nuestra empresa se adhiere a la estrategia del grupo Smurfit Kappa en materia de desarrollo sostenible adoptando sus requisitos y compromisos. Nuestra prioridad es minimizar el impacto medioambiental de nuestras operaciones y en todas las etapas de la vida útil del producto: desde el suministro de la materia prima hasta el reciclaje, pasando por la fabricación y la distribución. Creemos que gracias a nuestros esfuerzos incesantes, en particular en materia de innovación de productos y procesos, Smurfit Kappa Bag-in-Box reducirá de forma progresiva y continuada su impacto medioambiental en el mundo. El desarrollo sostenible y las innovaciones orientan nuestra actividad, nuestra forma de trabajar y crean valor añadido tanto para la empresa como para el entorno en el que nos movemos. Si tomamos como ejemplo el film, en los últimos 15 años hemos logrado reducir el grosor medio de la gama en un 15% aproximadamente, y no solo no hemos alterado su efectividad, sino que hemos mejorado sus propiedades de barrera contra el oxígeno y sus prestaciones mecánicas.
Colaboramos con diferentes organizaciones en el ámbito de la Economía Circular en Europa:
– Ceflex, una asociación de más de 100 agentes de toda la cadena de valor del envase flexible, incluyendo a empresas de reciclaje y marcas. Ceflex trabaja en temas técnicos relacionados con los materiales, los procesos de selección y reciclaje, las nuevas tecnologías de reciclaje, etc.
– Elipso, la organización del envase plástico en Francia.
– Adelphe, empresa de servicios a empresas del sector del vino implicadas en el reciclaje, ha creado un grupo de trabajo sobre Bag-in-Box® para vino, del que evidentemente formamos parte. Próximamente, Adelphe llevará a cabo ensayos reales de comportamiento del Bag-in-Box® en un centro de selección y reciclaje.
Los diferentes actores con los que trabajamos, en particular nuestros proveedores, cuentan con reconocimientos en materia medioambiental (FSE4Good, Carbon Trust, GRI) y trabajan constantemente por mejorar la calidad y el impacto de sus productos. Nuestro cartón también está certificado:
– FSC, garantía de responsabilidad medioambiental y social;
– PEFC, que es la certificación forestal: respeto de las dinámicas medioambientales, sociales y económicas del bosque;
– El sello SFI® (Sustainable Forestry Initiative®), que indica a los consumidores que la madera y el papel de los productos que están comprando proceden de bosques gestionados sosteniblemente, a través de una verificación independiente y rigurosa.
Exploramos todos los enfoques posibles para mejorar globalmente nuestra estrategia de desarrollo sostenible:
– Investigación y desarrollo con nuestros proveedores y socios (grandes empresas de la industria del plástico) sobre nuevos materiales más reciclables. Monitoreo continuo del mercado en busca de innovaciones.
– Investigación aplicada: participamos en dos proyectos europeos para el desarrollo de un Bag-in-Box® biodegradable: ForDemetra, proyecto en colaboración con Smurfit Kappa Papier y MUSIC-PLA Projet en colaboración con IPC.
– Por el momento, alrededor del 87% de nuestros residuos son tratados gracias a nuestros socios del sector de la selección y el reciclaje de residuos. Por ejemplo, en Buenos Aires, reciclamos y transformamos nuestros residuos en energía de manera autónoma y en la propia fábrica (antigua fábrica Baguin) y reutilizamos nuestros residuos al máximo, dentro de lo económica y técnicamente posible. En nuestra fábrica de Ibi, hemos conseguido producir un banco únicamente a partir de nuestros residuos de producción (80% de polipropileno reciclado procedente de los residuos de producción de grifos y 20% de residuos de producción de bolsas).
Estamos plenamente implicados en nuestro camino hacia la economía circular y compartimos la idea de que los materiales y sistemas de recogida, selección y reciclaje deben mejorarse para reducir la contaminación plástica y la cantidad de residuos que se envían al vertedero.
Por último, en los próximos años, Smurfit Kappa Bag-in-Box® seguirá invirtiendo mucho en investigación, así como en la mejora de los procesos, ya sea de producción o venta, en las materias primas e incluso en sus empleados, con el objetivo final de reducir siempre su impacto medioambiental e integrarse cada vez más en una dinámica de economía circular limpia e inteligente.
Más información en www.smurfitkappa.es/baginbox